Una tarde cargada de anécdotas, vivencias, lágrimas y relatos, fueron contados ayer en el marco de un homenaje póstumo que rindió el club deportivo Santa Rosa de Lavaderos y comunidad en general a don Juan Moya Soto (Q.E.P.D)
En este contexto, el complejo deportivo de Santa Rosa de Lavaderos fue designado con el nombre del recordado ex dirigente y permanente colaborador del club, con motivo del cuadragésimo aniversario institucional.
La señora Ana Julia Moya, hija del homenajeado, acompañada de sus hermanos Juan y Mary, representaron a la familia.
Durante el acto, cargado de emotividad, dirigentes y amigos de don Juan, hicieron uso de la palabra y todos sin excepción coincidieron en señalar que fue un hombre de los más carismáticos y trabajadores de la institución.
El secretario del club deportivo, Claudio Astudillo, leyó la biografía, destacando sus grandes actitudes como amigo, dirigente y padre de familia.
Jovino Rodríguez, Diácono de la Iglesia católica, bendijo el acto y dio paso al momento más solemne, el descubrímiento de la placa recordatoria.
“Es muy difícil encontrar una persona con las virtudes que tenía Juan”, expresó el Alcalde Luis Vásquez, quien relató que siempre tenía una respuesta picaresca y con mucha alegría, que se la jugaba por su club, ya que fue una de sus mayores pasiones.
Miguel Méndez, quien como dirigente del club Santa Rosa, compartió mucho con don Juan, hizo una apología de la vida del dirigente, y lo recordó con gratitud.
Sostuvo que la lealtad del dirigente fue irrefutable. “Era de los pocos dirigentes deportivos que tenía una conciencia social increíble y además de empatia por sus socios y jugadores”, afirmó.